Comprando (Lamentia)

Estoy utilizando una tarde libre para comprar, me resulta un desperdicio de tiempo ya que pocas veces me encuentro libre y podría descansar o hacer cosas mas importantes. Sin embrago, aunque no quiera, necesitaba comprar varias cosas, solo espero poder hacerlo rápido, hay tanta gente que es molesto, todo ese bullicio y las personas chocando entre ella sin que les importe.
-...que molesto...-
Dije entre dientes, mientras me apuraba en llegar a la tienda donde estaba lo que buscaba. Pero no pude evitar meterme a la librería, estaba prácticamente bacía y completamente silenciosa.
-Supongo que puedo comprar un par de libros-
Dije empezando a revisar cada estante de las filas en busca de algún libro que me interesara. Sin duda me tomaría mi tiempo allí, las otras cosas podían esperar.

Conseguir un libro que le interesara a Lamentia era casi tan complicado como conseguir una flor de calidad para decorar sus sombreros. Era difícil conseguir un libro que fuese un verdadero tesoro, solo había esa basura popular que todos los niños querían leer. Era casi tan chocante como cuando los niños pensaban que sus palabras herían a la gente en serio.

Suspiró pesadamente, sentándose en el suelo para poder ver más claramente todos los libros de literatura clásica. Estaban casi al ras del suelo y el, sinceramente, era demasiado alto como para verlo si estaba de pie. Sacó algunos cuantos de la estantería, esos ya los tenia, pero algunos se quedo examinándolos, leyendo todos los reviews que había atrás. Muchos ya eran harto conocidos, mientras que otros si eran temas que jamás había visto… eso simplemente los puso en una pequeña cesta que había agarrado para hacer un pequeño mercado de libros. Seguro eso significaba que no comería en algo así como en una semana completa.

Se puso de pie, golpeando su sombrero y haciendo que se cayera al otro lado de las estanterías. Con un gesto molesto se fue hasta allá, llevando su cesta de libros para ir a recogerlo, esperando que no le pasara nada. Era su sombrero nuevo rojo, y le había costado mucho hacerlo.

Estaba muy concentrada rebisando cada pasillo, estante por estante, leyendo titulo por titulo de los libros, buscando los que me llamafan la atencion. Ya tenia una fila de tres en una mano.
Pude notar mientras caminaba, algo en el piso. Me acerque, era un sombrero rojo, lo tome con la mano libre y le sacudi el polvo.
-como llego esto aqui?-
Pregunte en voz baja, mientras examinaba aquel sombrero de forma interesada.

No había terminado de llegar hasta el sitio donde había terminado su sombrero cuando vio que una desconocida ponía sus manos sobre él. No le confiaba a nadie sus preciados sombreros, solo le confiaría uno a Enjolras y eso era porque tenía razones de sobra. Pero ver a la chica tomarlo hizo que frunciera el ceño, no quería que le pasara nada a su sombrero.
Sin embargo, se acercó con bastante calma a la chica, esperando que no se notara en su voz el hecho de que le ponía nervioso que lo agarrara.

– Disculpe, joven – dijo con un tono bastante afable, frunciendo muy ligeramente el ceño– . ¿Podría devolverme mi sombrero? – preguntó viéndole.

Por un momento quiso quitárselo de las manos: ¡Era una mujer quien estaba agarrando su sombrero! Aquello le ponía un poco más ansioso que si fuese cualquier otra persona. Incluso más que si fuese un perro. Pero trataba de no demostrarlo en absoluto… aunque su rostro seguro demostraba el hecho de que no le gustaba que esa chica tocara su sombrero. No era bueno ocultando lo que sentía. Pero no dejaría que se viese tanto al menos. Terminó por agarrar con fuerza su cesta de libros.

Un hombre se me acercó, era muy alto, y hizl que yo girara la vista -Disculpe, joven-Me dijo, se notaba como fruncia el seño -Podría devolverme mi sombrero?- Así que este sombrero era suyo. Lo mire fijo a la cara, su propia expresión hacia notar que estaba enfadado, luego baje mi vista hacía sus manos que se encontraban haciendo fuerza en una cesta que contenia libro. Su actitud, sin dudas, memolesto, pero por el contrario de el, yo si sabía ocultar mis emociones.
Sin decir una sola palabra, le entregué el sombrero en manos. Mi rostro se mantuvo sereno y tranquilos.
Me di vuelta y volví a ver los estantes, ignorando el hecho de que ese tipo seguia aqui.

Lamentia tomó su sombrero y, tras limpiarlo un poco, se lo puso en la cabeza, acomodándolo como siempre lo hacía sin necesidad siquiera de verse en un espejo. La chica se fue molesta –o al menos eso fue lo que pensó – pero no se preocupó en absoluto. No era que tuviese que disculparse con extraños porque se le había caído el sombrero. Solo había pasado, además de que jamás había sido bueno con eso de hablarle a las mujeres, nunca le habían gustado.

Tomó su cesta de libros y simplemente fue a apagar, olvidando todo el asunto rápidamente ya que nada malo había pasado. Su sombrero estaba bien, había conseguido algunos nuevos libros y tendría aun dinero para ir a visitar a Enjolras con algún dulce. Aunque no tenía claro si al chico le gustaban los dulces o no… Sea como fuera lo haría.

Aquel hombre pario marcharse, bien. Por mi parte termine escogiendo 5 libros diferentes. Puse todos en final y los lleve para pagarlos, si que eran pesado.
Salí de la tienda llevando los libros en las manos. Empece a caminar distraída, mirando las tiendas.
Sentí como chocaba con algo. Caí al piso y mis libros quedaron en el suelo conmigo.
-Eso dolio...-
Dije en voz muy baja, mientras me arrodillaba y levantaba la vista para ver con que había chocado......era el tipo de esa tienda, el tipo del sombrero rojo.
-...lo siento-
Le dije mientras empece a juntar mis libros con cuidado.