Encuentro [Privado]

Sin que se diera cuenta habían transcurrido tres horas de clase siendo sorprendido por la campana que servía como indicador para los docentes que podrían dar por finalizada la clase, al instante vio cómo se propagaba la prisa entre varios alumnos que ignorando su presencia empezaban a guardar sus pertenencias prontos para retirarse, cosa que le causó una gran molestia que desapareció al instante en que les impidió retirarse obligándolos a permanecer en sus asientos para continuar con la clase durante los veinte minutos que debían de ser de recreo a sabiendas de que ninguno de ellos volvería a sacar un útil escolar de sus mochilas. Escribió varias definiciones de gran importancia en la pizarra de color blanco con una letra que considero descentrada por la poca práctica que tenía ignorando los constantes reproches de los alumnos e incluso la especie de venganza que estos tenían para demostrar su desagrado siendo ignorado por varios de estos en sus explicaciones. Pero poco le importo hasta que la campana volvió a sonar dando fin a la hora de descanso, instante en el que decidió permitirles abandonar el salón para que el docente de su siguiente materia no se molestara con el retraso.


Se acercó a su escritorio para guardar en un estuche de color verde los marcadores y el borrador mientras los estudiantes abandonaban el salón como si de una estampida de furiosos animales se trataran, por un instante llego a su mente una imagen de la película del Rey León donde Simba veía a su padre Mufasa ser aplastado por una estampida de ñus.


“¿Mi papel seria el malvado Scar?”


Pensó sonriendo apenas perceptible, guardo el estuche con rapidez en uno de los cajones del escritorio de madera mientras tomaba su bolso con su laptop colgándoselo al hombro sin percatarse de que se había dejado olvidado en el escritorio el libro de vampiros que estaba leyendo en su tiempo libre.  Salió con prisa aunque sabía que tenía una hora reloj libre antes de comenzar su próxima clase por lo que decidió trasladarse unos instantes a la cafetería por culpa de su gruñón estomago abonando rápidamente una botella de agua mineral y un sándwich de pan integral relleno con diminutas fetas de jamón y de queso.


“En vez de una cafetería más parece una circo”


Se dijo a si mismo luego de haberse encontrado observando las mesas de aquel lugar buscando un poco de tranquilidad que claramente no encontró ya que aquellos jóvenes que en descanso se encontraban lo único que hacían era alzar sus voces cada vez más alto al no poderse siquiera escuchar a sí mismos. Los primeros días que había llegado se enteró por parte de un grupo de docentes de que había un sótano donde se guardaban los diferentes equipos que se utilizaban en el instituto por lo que con curiosidad decidió ir a investigar mientras quitaba el envoltorio de nylon de su sándwich recién preparado para darle un mordisco con intenciones de saciar su hambre.



Tras haberle consultado a varios estudiantes que en su camino se cruzaban llego hasta la puerta del dichoso sótano, una puerta de color azul al igual que las demás pero esta se encontraba más deteriorada.  Con su dedo índice le dio un suave empujón y se abrió sin problemas emitiendo un molesto chirrido dejando ver a su paso una gran oscuridad, estiro su mano buscando una llave de luz y al encontrarla ingreso cerrando la puerta lo mejor posible y descendió las escaleras con curiosidad. Había una serie de instrumentos musicales en una plataforma, al otro extremo una pila amontonada de impresoras seguramente dañadas, varios estantes con diferentes materiales estudiantiles y un sofá algo antiguo pero en perfecto estado que le servirá para descansar mientras esperaba que se hiciera la hora de su siguiente clase. Se quitó el bolso dejándolo a un lado y se recostó por completo en el sofá usando uno de los posa brazos para recostar su cabeza, suspiro entrecerrando los ojos dejándose llevar por el sueño.


"perfecto para dormir un buen rato..."

Alice estaba completamente molesta aquel señor — aunque realmente joven — no les había dejado descansar nada les arrebató su hora de descanso, espero a que todos salieran ya que sus compañeros a pesar de ser universitarios aun se comportaban como los toros de la corrida de españa... El profesor pareció no notar su presencia, no se percató de que a pesar de que todos salieron, ella quedo dentro mientras él salía. 

Decidida a salir, se dirigió hasta la puerta, y al pasar por el escritorio, notó un libro de vampiros -- Seguro es de ese profesor - pensó Ella... tomando y guardando, lo leería y después se lo daría a él... diciendole que lo había encontrado, o simplemente hasta que el se diera cuenta de que lo había perdido, no es que fuese una ladrona, pero le encantaban las historia de vampiros — De hecho, siempre andaba unos colmillos artificiales — Salió del lugar, y se dispuso a tomar un Fresco Leche sabor a Fresa y entró a un sótano, le gustaba leer mucho y ese era su escondite en tan grande institución, nadie entraba ahí excepto ella y unas cuantas personas del personal educativo. 

Bajo por las escaleras, y notó a ese profesor dormido en el sofá/sillón... 
— Etto, disculpe? ... — dijo sin recibir respuesta alguna — Hola? — Dijo jalando su camisa, para despertarlo —

Tras acomodarse en el sofá cerro sus ojos para dejarse llevar por el sueño, aunque no lo pareciera, había estado muy nervioso durante el desarrollo de la clase y su cuerpo le pasaba factura. Cruzó sus brazos a la altura de su pecho para entregarse completamente al sueño quedando en segundos dormido. Pero su placentero descanso no duraría mucho tiempo ya que sintió un pequeño jalón acompañado de una dulce voz, se negó a abrir los ojos recuperando en un lento movimiento la manga de su camisa pero el crujir del sofá le produjo una irritación aun mayor por lo que abrió sus ojos dejando ver un brillante color miel.


Una joven, eso era lo que sus ojos veían. Unos amplios ojos de una tonalidad castaña al igual que su corto cabello, esbelta y elegante figura adornada con el uniforme universitario que en parte le revelo el origen de la misma siendo que no todos podían tener acceso a ese lugar, suspiro  sentándose en el sofá aun con sus piernas estiradas usando una de sus manos para arreglar su alborotado cabello logrando solo dejarlo más alborotado.


¿Quién eres?


Le pregunto aunque sabía que esa chica era universitaria, precisamente pertenecía al salón que gustosamente había dejado sin recreo por mal comportamiento.  Pero no lograba recordar su nombre, solo su rostro, su frágil figura y tal vez, en lo más profundo de su inconsciente que era la persona que se había quedado en el salón luego de su partida. Bostezo de forma inevitable para luego pasarse la mano en el rostro retirando la lagrima que se le había formado en uno de sus ojos dando un aspecto muy seductor.


¿No se supone que deberías estar en clase? Los estudiantes no tienen horas puente.


Le volvió a hablar ahora sentándose correctamente en el sofá, en el movimiento se percató de que esta llevaba su libro en la mochila ya que sobresalía la punta de este del bolsillo. Se levantó minimizando el espacio físico entre ambos cuerpos, acercando su rostro al de la chica con una sonrisa apenas perceptible para distraerla mientras tomaba su libro.



¿acaso tienes alguna duda con respecto a la clase? 

Finalmente el profesor había despertado de su tan notable y apetecible sueño, Parecía examinar a la joven frente a él. y finalmente pregunto quien era, ¿Acaso era ciego o despistado? Yuuki no podía creer que no supiera quien era, bueno, al fin y al cabo era nuevo en la institución, no se aprendería su nombre o su físico de una vez.

Escucho atentamente cada pregunta articulada por este mismo, mientras hacia una pausa para cada pregunta, se acerco demasiado a ella, separando cualquier distancia que hubiera entre ambos. Cualquiera hubiera pensado que la quería besar, pero ella no era tonta.

- Mi nombre es Yuuki - Hizo una pausa - Yuuki Kuran Cross ... Usted lo ha dicho se ''supone'', no creo que por faltar una o dos lecciones, me perjudique, especialmente cuando no tuve descanso y deseo tenerlo... — Yuuki dudo sobre si continuar respondiendo, debido a su cercanía, sabía que algo quería — N..N..No no tengo ninguna duda — Respondió  girando su mirada hacía un lado, evitando su vista, y levantando se de inmediato del lugar en el que estaba, evitando así cualquier cosa que este deseara, quizás había notado su libro, ella deseaba leerlo, no se lo entregaría aún...

— Y-yo, he encontrado su libro — expresó — Pero quiero leerlo... me gusta ... el libro, claro. — Dijo directamente... sabía que si quería tenerlo, al menos debía de pedirlo prestado, aunque si no se lo prestaba tenía como opción huir, y volver cuando lo terminara de leer.

Universitarios o no, señorita Kuran, deberían de saber que la campana de recreo no es para avisarles a ustedes, los alumnos, que la clase termino y que tienen que salir despavoridos como animales salvajes por la estrecha puerta. Es un indicador para el docente que a partir de ese momento puede dar por finalizada la clase, si es que así lo desea.


Le informo a la joven cuando esta le reprocho sobre los veinte minutos de recreo que les había quitado para continuar con el programa previsto, sin mencionar el hecho de que debía a toda costa ajustar lo mejor posible el programa para poderlo dar en su totalidad por la falta de docente en el primer semestre.


Además, saltearse horas de clase no habla muy bien de su persona.


Destaco el comentario anterior, pensando que no concurrir a clase por el hecho de no tener veinte minutos para desperdiciar en trivialidades le parecía una actitud muy errónea de su parte. Un vago recuerdo vino a su mente, no es que él fuera un santo, en su juventud paso por etapas de rebeldía como la de faltar por días completos e incluso semanas pero ninguno de esos hechos afecto su nivel académico.


Recorrió la figura de la joven frente a él sin ningún tipo de intención sexual hasta que se percató de que estaban en el sótano y una avalancha de preguntas se aglomeraron en su mente sin darle tiempo a responderse al menos una de estas. Estiro su mano hacia la joven, claramente era un “no” con respecto a dejar en posesión de otro su preciado libro aunque fuera un corto periodo de tiempo. No era del tipo de personas que prestara sus objetos, aunque fueran considerado banales para otras personas, dio un paso hacia ella con intenciones de acortar la distancia nuevamente. Gustaba en cierto modo ver como la joven que aparentaba timidez y nerviosismo ante su cercanía quería escaparse, espero con intenciones de recibir su libro.


Si buscas algo para leer, perfectamente recuerdo haberles comentado que tienen un material de 275 páginas en la biblioteca. Es todo el programa, y les servirá para entender mis rápidas explicaciones así no tengo que detenerme en explicarles el vocabulario a utilizar en la materia, ¿verdad señorita Kuran?


Placer, eso era lo que sentía en ese momento mientras sus intensos ojos color esmeralda entraban en contacto visual con los de su joven acompañante, su mirada inquietante, una leve sonrisa en sus labios, los pasos que daba hacia ella que hacían un suave eco al no haber más personas en aquel apartado y silencioso lugar.


Sera mucho más entretenido y placentero repasar el material de estudio que el de leer una novela de vampiros del siglo XVIII. Época donde el erotismo era sensual y discreto. Donde empieza a considerarse que “la belleza viene con pensamientos oscuros”.



Cito con un tono de voz muy masculino una frase del libro que le había llamado la atención, pero que a su vez le diera a entender a la joven universitaria que no había pasado por alto sus intenciones y que, él no era una persona que desaprovechara las oportunidades. Podría interpretarse también, como una advertencia de que quien juega con fuego, puede quemarse.

La estaba intimidando con sus clases de conducta educativa o que?... era como si el deseará hacer notar su superioridad.

Se muy bien para que es el toque de queda y de salida Mr. Zhi, no es como si fuera tonta, estoy en la universidad después de todo, y si lo estoy es porque tengo el deseo de aprender y superarme en algo que me gusta para futuro.

Expresó de forma paciente, sabía bien que era prácticamente como si la estuviera retando y era algo que no permitiría, ciertamente este podía hacer que la expulsaran o algo por el estilo - tiene ese poder - pero tampoco se dejaría.

Dudo mucho profesor, que el saltarme una clase no hable bien de mi persona, en especial siendo la mejor de mi clase y la cuál tiene ganada esa materia desde ya. Por fortuna no estoy siendo irresponsable.

Se sintió rara al ver que el observaba detenidamente a su persona y el lugar en el que estaban, quizás hasta ahora había notado el lugar en el que estaban conversando - o mejor dicho; discutiendo. - Nuevamente corto la distancia entre ambos, parecía disfrutar de su nervioso cuerpo y tímido corazón, tenía miedo o tal vez simplemente era su timidez, pero no daría marcha atrás, no se quitaría de allí, no mostraría debilidad.

Y si le digo que esas páginas ya las he leído antes de entrar a clases, que pensaría?... quizás no sea digna de su materia, pero hago lo mejor que puedo... Realmente deseaba leerlo, pero ya que no hay solidaridad. 

Expresó lo más sería que pudo, esperando ser comprendida del todo y en su totalidad.  Quizás no podría ser mejor, ¿Era ese un nuevo reto de vida?, el competir contra un profesor para no ser vista como una ignorante más, quizás peor aun.

De echo, puede ser cierto que sea entretenido y placentero estudiar, y más cuando lo dice un profesor, ya que ellos aman lo que dan a sus estudiantes. Pero para mi es mucho mejor leer sobre esas ''Épocas donde el erotismo era sensual y discreto'' sería mejor vivir en ese tiempo, profesor. 

Intento dar un tono educado y preciso para su respuesta. No se dejaría intimidar, y lo estaba dejando en claro.

Le devuelvo su libro, que aun siendo tan adorado por usted, lo ha dejado en su aula, en manos de cualquiera que lo pudiera notar...