Sucesos inesperados...nuestro primer encuentro [Priv.]

Estuve todo el día dándole vueltas al asunto, no sabia si podía estar aquí realmente, pero no es como si siguiera mucho las reglas de los lugares en los que estoy normalmente.
Sabia que era cuestión de tiempo para que hiciera algo que no era correcto y aquí estoy. En el salón de música frente a un piano que esta tapado con una especie de manta un tanto vieja.
Luego de pensarlo por unos buenos minutos, con una mirada decidida, le quite la "manta" al piano y lo admire un poco. Era de madera, pero no se denotaba muy viejo, estaba con bastante polvo, lo cual me dejaba ver el poco uso que tenia.
Mire a mi alrededor y vi que los demás instrumentos no estaban en las mismas condiciones, se notaba que estaban recientemente usados y eso me hizo fruncir el ceño.
Comencé a caminar por el salón de música y tome un par de cosas con las que limpie completamente el piano hasta hacerlo brillar. Luego, me senté en el banquillo que estaba frente a el y me comprobar si estaba desafinado.
Cerré los ojos y escuche el sonido que producía al apretar cada tecla, una por una hasta tocar cada una de ellas.
Me levante y fui a hacer un pequeño trabajo afinando esta preciosidad. Hago esto ya que, de pequeño uno de mis mayores caprichos hacia mi sensei fue que me enseñara a tocar el piano, además solía tocar para Ichiru, el siempre gustaba de escuchar el sonido de este hermoso instrumento a la hora en que el sol caía.
Una vez que estuvo todo listo, me sentó nuevamente frente a el y cerré los ojos, suspire y roce las teclas con mis dedos, ya hacia tiempo que no tocaba esta pieza, la favorita de mi hermano menor...
Estaba preparado para tocar y dejar que la música me llevara a unas lejanas tierras llenas de tranquilidad...

Como era lo usual, Lamentia había terminado corriendo de un lado al otro con pesadas cajas llenas de cosas para el club de teatro. Era extraño aquello puesto que él no formaba parte de ese club, solo pasaba por ahí y le mandaban a hacer mil cosas, y él, solo porque el presidente del mismo en verdad era un lindo chico, lo hacía sin mayor problema.

Le habían mandado a llevar los vestidos de la obra de Caperucita Roja hasta el almacén de la universidad. Pero en verdad pesaba demasiado como para llevarla de una vez. Había parado al menos cinco veces para cuando logró alejarse del club con aquella caja. La dejo un momento en el suelo, viéndose la mano derecha para comprar que no había perdido una uña con la caja. Todo estaba bien… todo menos el sonido que venía de la sala de música.

Arrastro la caja con los pies para dejarla frente a la puerta, antes de abrirla y ver quien estaba ahí – simplemente no era usual que alguien tocase le piano -. Y vio a aquel chico que tocaba. No dijo nada en principio, tocaba lo suficientemente bien para que le dejase tocar un poco. Sin embargo, poco después entró a la sala en silencio, buscando no interrumpirle. Simplemente tomo una silla se sentó a unos metros de él. Podía fijarse en que no era un estudiante universitario, pero no entraría en diatribas en ese momento, tocaba bastante bien para solo ser un estudiante de secundaria.

Tenía los ojos cerrados mientras me dejaba llevar por la melodía que mis dedos tocaban en el piano. Hace años que no tocaba y me parece que no lo hago tan mal, si Yagari estuviera aquí seguramente estaría sonriendo de medio lado como usualmente lo hace.

El silencio de la habitación junto con la melodía que la invade son realmente un hermoso sedante, creo que ahora llego a comprender a mi hermano menor, nunca pude apreciar esto, ya que solo lo hacia únicamente para él, pero creo que debería hacerlo más seguido.

Suspiro de la nada y dejo de tocar el piano. Me quedo varios minutos en silencio con la cabeza recargada en el.

-Era más divertido cuando lo escuchabas...-

Digo en voz alta, más al aire de la habitación que a otra, ya que estaba solo y nadie, gracias a los cielos, me había escuchado, ya que por lo general no viene mucho aquí.

-Debería irme pero...-

Me quede en silencio nuevamente y paseo mis dedos por las teclas...presione una de ellas comenzando la canción preferida de mis padres...la ultima que les toque antes de que todo sucediera.

Nuevamente con los ojos cerrados, comencé a cantar en silencio, ya que no tengo buena voz para hacerlo. Muevo mi cabeza de derecha a izquierda, pero en movimientos pequeños, casi imperceptibles.

Muevo los dedos cada vez más rápido y la melodía se acelera y me detengo presionando todas las teclas del piano a la vez provocando un fuerte sonido que sonó bastante molesto a mis oídos.

-Es hora de irme, en todo caso, puedo regresar mañana...-

Me levante tranquilo, acomode mi ropa y voltee sin más, pero me quede realmente petrificado viendo a la persona que estaba en frente mio en silencio...¿desde hace cuánto que esta aquí?