Encuentro inesperado [Priv.Cherice]

Quería seguir conociendo los alrededores así que luego de grabarme perfectamente el lugar en el que vivía para saber como poder volver en caso de que recorriera una distancia considerable.

A pesar de querer ir con cuidado llego un momento en el que deje de saber donde me encontraba, solo veía arboles a mi alrededor, lo que me permitió deducir que había llegado a un parque debo admitir que es un lugar tranquilizante. -Me pregunto... ¿Ahora como regreso?-

Lo que me faltaba perderme.

El tiempo seguía pasando y yo todavía no lograba recordar como había llegado al parque, gire en varias ocasiones mi cabeza buscando algún lugar conocido sin embargo no encontraba ninguno, eso comenzaba a desesperarme no es muy agradable estar perdido.

Había comenzado a caminar en dirección a unas bancas cuando una pequeña jalo mi mano pidiéndome si podía empujarle en el columpio, mire los mismo notando la presencia de una joven al lado de dónde se había sentado la pequeña, la mire de reojo; su cabello es negro con las puntas de un tono rosado y por el crepúsculo que está cercano se ve aún mejor su cabello.

-Ahm... ¿No es muy tarde ya para que una damita este sola de noche?- Dentro de poco de haría de noche y no sería bueno que una pequeña ande sola en un parque -Disculpe mi atrevimiento pero... no me parece correcto que una dama se encuentre sola a tan altas horas de la tarde- Está vez me dirigí a la chica del columpio contiguo.

Luego de un rato aparte mi mirada, comenzaba a atardecer y soplaba una brisa fresca. Me preguntaba cómo regresaría a casa puesto que no recordaba el camino que me llevó a ese extraño parque. Finalmente, una vez más, comencé a mecerme en el columpio mirando mis pies. No le temía a la penumbra pero sí al porvenir. Estaba tan concentrada en mis pensamientos que apenas pude escuchar el ruido de las cadenas del columpio que se encontraba a mi izquierda.
-ahm .. ¿no es muy tarde para que una damita este sola de noche?- decía la voz de un chico a la paqueña niña que había ocupado aquel lugar a mi lado :-disculpe mi atrevimiento pero.. no me parece correcto que una dama se encuentre sola a tan altas horas de la tarde- esta vez, claramente la voz se dirigía a mi.
Miré hacia el lugar que provenía y noté que era el joven que había estado observando hacía un rato, sentí cómo mis mejillas se sonrojaban.
El crepúsculo de la tarde le daba un tono fuego a su cabello rojizo. Le sostuve la mirada un breve instante y pude notar que tenía unos cálidos ojos color ámbar y no pude evitar sonreir.
-Quizás tengas razón pero, no es mi soledad por la cual debería preocuparse- dije observando a la niña que tenía a mi lado. Ella me miró temerosa y corrió a esconderse detrás de las piernas de aquel joven a observarme con timidez.
-SI quieres podemos ayudarte a encontrar a tus padres- dije con dulzura a la niña:- y si lo deseas puedes acompañarme para no cargar con la culpa de dejar solas a 2 damas a tan altas horas de la tarde- esta vez lo miré a él a modo de broma mientras me levantaba del columpio.
-Por cierto, soy Cherice, un gusto- le extendí mi mano al joven con una simple sonrisa a riesgo de sonar atrevida.

De un momento a otro la pequeña que estaba en el columpio se refugio en mis piernas tras ver los ojos esmeraldas de la joven -Tranquila, no va a hacerte daño- Acaricie su cabeza regresando mi vista a ella -Puede acierte, al decir que no debo preocuparme por su soledad; más sin embargo tampoco puedo permitirme pasarlo por alto joven dama-

Debo admitir que su proposición me pareció tentadora, aunque por otro lado una parte de mí tenía el pesar de que algo malo sucedería si no me apresuraba a llegar, ignorando aquello lo mejor es ayudar a la pequeña a encontrar a sus padres, y asegurarme que aquella joven llegue en una pieza a su hogar.

-Por supuesto, será un placer ayudarles a ambas a llegar a sus hogares sin contratiempos- Vi su mano extendí enseguida de su presentación -Un gusto conocerla Cherice-san- Besé el dorso de su mano haciendo una leve reverencia -Mi nombre es Ranmaru, es placer-

El joven tomó mi mano y la besó --Mi nombre es Ranmaru, es placer- dijo acto siguiente.
Pude notar lo alto que era al hacerme la leve revencia pero la niña que se refugiaba detrás de él parecía inquieta.
Comencé a mirar a mi alrededor en busca de algún mayor que puede indicar que era su padre o madre, pero no vi rastros de que hubiese otra persona además de nosotros 3.
El sol se escondía cada vez más y más rapido y la brisa se hacía cada vez más fria.
-No veo a sus padres por ningún lado, deberemos caminar hasta encontrarlos-
Noté que la niña no se separaría de Ranmaru, estaba igual de encantada que yo eso era evidente. Pero la pobre no paraba de temblar, me quite la chaqueta que llevaba puesta y se la ofrecí a la niña:- ten hace frío puedes usarla-la niña ella tomó timidamente mi chaqueta sin apartar la mirada a su valiente caballero.
-la noche se acerca sus padres deben estar preocupados, por qué no le preguntas dónde estarán sus padres? no creo que a mi me haga caso- le dije a Ranmaru mientras me ergía hacía él.
¿Qué hacía? debería estar volviendo a mi casa, mi primo se preocuparía, sin embargo estaba allí, con una niña y un extraño. Pero no podía dejarlos solos, sentí que no debía, además quien sabe quizás algo bueno salga de esto.

Me enderece viendo en los alrededores alguna señal de los padres de la pequeña, sin embargo solo nos encontrábamos los tres ahí, el aire comenzaba a volverse frío lo mejor sería taparla antes de que enferme.

Aunque Cherice-san pensó antes que yo pues le ofreció su abrigo a la pequeña quien tímidamente lo acepto, sonreí débilmente ante la ternura que provocaba aquella pequeña que no excedía los seis años. Claramente deberíamos caminar para dar con su familia.

-Hey pequeña, ¿Dónde están tus padres?- Me inque para poder verla mejor alzando suavemente su rostro con mi meñique sin borrar mi sonrisa -¿Están por aquí cerca?- Espere unos breves momentos que me respondiera.

Al parecer se había perdido cuando regresaban del centro comercial, eso sería un problema, a pesar de que me había logrado responder no sabía la ubicación exacta de sus padres.

-Cherice-san ¿Cree que sea buena idea buscar su hogar y dejarla ahí? Con el tiempo que hace... puede enfermar- Me acerque a ella con cuidado para poder verificar si ella no tenía frío de ser aquel el caso, lo mejor sería otorgarle mi abrigo.

Luego de que la niña le dijese a Ranmaru que se perdío cuando volvía del centro comercial con sus padres el sugirió:--Cherice-san ¿Cree que sea buena idea buscar su hogar y dejarla ahí? Con el tiempo que hace... puede enfermar- dijo mientras se acercaba a mi con cuidado.
No pude evitar sentir un escalofrío, y darme un breve abrazo con mis manos, la temperatura bajaba cada vez más.
-Creo que tienes razón pero podriamos primero pasar por el centro comercial, quizás aun la estén buscando alli- le extendí mi mano a la pequeña como símbolo de comenzar a ponernos en marcha pero ella negó con la cabeza y tomó la mano de Ranmaru. Era evidente que para esa niña él era su caballero protector no quedaban dudas. Los admiré con cierta melancolía me recordaba al pasado. mis ojos lagrimearon por un breve instante, asi que voltee mi cabeza a otro lado
-¿qué opinas ranmaru ?- le dije esperando que no me hubiese visto, aunque ambos sabíamos que si lo había hecho.

Vi como frotaba sus brazos con sus manos clara señal de que tenía frío, me quite la chaqueta de cuero, extrañamente con lana en el interior y la sobre puse en sus hombros mientras abrochaba los primeros dos botones -Usted también debe taparse Cherice-san- Comenté cerca de su oreja sintiendo un pequeño jalón en mi mano por parte de la pequeña.

La proposición de Cherice-san me relajo, ciertamente podrían haber regresado para buscar a sus padres -Buena idea Cherice-san vamos- Había comenzado a avanzar cuando una manita me detuvo, me gire y comprobé que era la pequeña quien se había aferrado a mí.

No le veo nada malo a aquello regresa la mirada a Cherice-san quien... un momento... ¿Por que está llorando? Cuando quise acercarme había agitado su cabeza para limpiar sus lagrimas -¿Todo en orden Cherice-san?- Acaricie su mejilla limpiando las lágrimas que seguían ahí

Detesto verme débil, detesto que sientan compasión de mi.
Ranmaru había puesto su chaqueta por sobre mi en señal de abrigo, ni siquiera me dio tiempo para rechazársela puesto que ya la había abrochado en mí. Como sea, aun conservaba el calor de su cuerpo y ciertamente, tenía frio.
Noté como a pesar de haberle apartado mi mirada, se acercó a mi y posó sus mano en mi mejilla secando la lágrima que había derramado en mi frío rostro.
-¿todo en orden Cherice-san?- preguntó con inquietud y curiosidad.
-Si, sólo que el viento frio me causa alergia en mis ojos- mentí, no quería hacerlo pero al fin y al cabo no quería que me viera débil, no iba a contarle la historia de mi pasado a un extraño. Por más que sintiese que algo nos conectaba.
De pronto sentí que una pequeña mano tomaba la mia. La niña nos miraba a ambos con una sonrisa y nos hacía un leve gesto tirando de nuestras manos para ponernos en marcha.
Mis lagrimas se borraron y dieron paso a una cálida sonrisa. Intercambie una mirada con Ranmaru, las luces del parque se habían prendido y el sol ya casi no se veía en el horizonte era hora de ponernos en marcha.
-Muy bien y ahora, ¿por dónde queda el centro comercial?- pregunté mientras miraba a Ranmaru, no tenía ni idea después de todo yo soy nueva aqui.

Hasta donde llega mi conocimiento el viento no causaba alergia, supongo que se le metió algo al ojo, comencé a caminar con ella en busca del centro comercial había pasado por él antes de llegar al parque por lo que no se me dificulto demasiado lograr dar con él.

Caminamos durante un poco hasta dar con él dónde efectivamente los padres de la pequeña la buscaban como si no hubiera un mañana... pobres tenían los ojos más rojos de mi cabello, debieron haberse espantado bastante al no ver a su hija, en cuando me asegure de que estuviera bien con sus padres hice un ademán con mi mano hacia Cherice-san para regresar.

Me sentía mucho más tranquilo ahora, solo faltaba dejar a Cherice-san en su hogar -¿Por donde vive usted Cherice-san?- Iba a su lado para asegurarme de no perderla de vista.

Por suerte para mi, Ranmaru sabía dónde quedaba el centro comercial, asi que pudimos rencontrar a la niña con sus padres que estaban desesperados.
Nos agradecieron por haberla devuelto y marcharon con ella mientras nos saludaba con su pequeña manita. No pude evitar devolverle el saludo con una sonrisa un poco melancólica, los recuerdos volvían a mi mente cuando la voz de Ranmaru me quitó de aquel mundo.
Cierto era hora de volver a mi casa, mi celular había estado sonando unas 3 veces en el trascurso del parque al centro comercial, a mi también mi primo me buscaba con desesperación.
El centro comercial comenzaba a cerrar, y comenzamos a caminar hacia la salida mientras me sacaba su abrigo de mi.
-Ten gracias por el abrigo, no tienes que acompañarme a casa- aunque no se cómo llegar, no me mostraré débil ante nadie -yo puedo volverme sola- le deje su abrigo y nos disponíamos a salir cuando un pequeño detalle me detuvo.
Parece ser que el viento fuerte anunciaba una gran tormenta. Mi cabello y mi ropa volaron bruscamente debido al mal tiempo. Esa sí que era una tormenta. Por lo visto ambos estaríamos allí atrapados hasta que la tormenta cesara.

ROL OFF: tengo una duda si terminanos quedándonos ahí tenemos que seguir el rol en el sector del centro comercial? si es así hacelo y avisame.

En cuento la pequeña se fue nos dispusimos a retomar la marcha para volver antes de poder darme cuenta Cherice-san me había devuelto el abrigo mencionando algo de querer volver sola a su hogar.

-Respeto tu decisión, sin embargo no me deja completamente tranquilo el permitir regresase sola Cherice-san- Le hice saber, esperaba no me lo tomara a mal o que lográramos llegar antes de que la tormenta que parecía ponerse brava nos dejara atrapados en el centro comercial. -Será mejor darse prisa o podríamos quedar estancado un buen rato aquí en lo que para la lluvia-

Le ofrecí mi mano esperando que aceptara para poder apresurarnos a llegar a su hogar y así no preocupar demasiado a sus familiares.

Off Rol: pues, yo tenía la idea de seguir el rol en el bosque, ya que el centro comercial esta cerrando, pero como usted lo sienta mejor n.n

Roll off: vamos al bosque no hay problema total si nos quedábamos nos ibamos a quedar en la puerta.
Rol ON: El viento soplaba bruscamente y Ranmaru se negaba a dejarme volver sola a mi hogar. Busque mi celular para preguntarle a mi primo cómo diablos volverme del centro comercial, pero al tormenta eléctrica que había comenzado hacía interferencia y no tenía señal.
-genial- masculle en voz baja.
La mano de Ranmaru en ofrecimiento para ir a mi casa, aun estaba levantada. Mire para todas las direcciones que el fuerte viento me dejaba ver y noté a pocos metros, un bosque. Comence a hacer memoria y si! recuerdo haber pasado cerca de ese bosque cuando termine en el parque!..creo...
-Mi casa se halla detrás de ese bosque, agradesco nuevamente que me quieras acompañar pero la tormenta se pondrá difícil y tu tambien deberías volver a tu casa. Yo atravesaré sola el bosque, porque si lo rodeo perderé tiempo y puedo quedar atrapada en la tormenta-
Rechacé lo más cortés posible su mano, y nuevamente me abrace porque el viento me estaba dando mucho frío.
Mire una vez más a Ranmaru y le agradecí con una simple revencia. No quería despedirme de aquel caballero, pero no me gusta ser la damisela en peligro.
Además, si iba a cruzar ese bosque mejor poner en peligro mi vida y no, nuevamente, la de alguien más.

El tiempo cada vez se ponía más y más furioso dudo bastante que pueda mejorar de alguna forma el clima por el momento pero aún así no iba a ser bueno quedarnos en un mismo lugar por mucho tiempo, mire un poco impaciente a Cherice-san quien se mostró molesta al no poder realizar una llamada telefónica.

Quizás a su hogar para avisar que iba un poco tarde, mire el parque también durante unos momentos quizás yendo por debajo de los árboles podamos llegar de una forma más rápida, y a salvo por mayoría de la lluvia. -Cherice-san, aun cuando quiera ir por su cuenta no puedo quedarme tranquilo, y mucho menos viendo el clima-

Una parte mía me dice que pare, no es bueno insistir eso ya lo se, ver a Cherice-san queriendo irse atravesando el parque sola, es un poco peligroso ya que está anocheciendo realmente me sentiría mucho mejor si me permite acompañarla aunque sea hasta llegar a la zona residencial, entonces podre sentirme mucho más tranquilo con respecto a eso.

Comencé a caminar hacia el bosque con Ranmaru detrás, no se rendiría en dejarme ir sola, no es que no quisiera que me acompañase simplemente no quiero que le ocurra nada malo.
El viento había cesado, pero la baja temperatura continuaba y los rayos continuaban más fuertemente.
-De acuerdo, pero vamos a tener que ir con cuidado- dije sin mirar atrás.
Comenzamos a caminar por el bosque, estaba muy oscuro pero los momentos en que los relámpagos aparecían podía ver algo en el camino.
Al cabo de un rato de dar vueltas, me di cuenta que estabámos perdidos, no había dudas. Mire a Ranmaru para informarle que mi sentido de la orientación en pésimo cuando un rayo más cayo sobre un árbol situado a la derecha del chico del cabello rojo.
-CUIDADO!- grite y lo empuje con todo el peso de mi cuerpo hacía un lado cayendo ambos al suelo, salvándonos de aquel viejo roble que había caído.
Acto seguido comenzó a llover, intenté levantarme para que ambos nos resguardásemos de la lluvia pero no podía, mi pie izquierdo me dolía debido a la caída.
-lo siento- sólo le pude susurrar.

Ya no había viento pero se podía sentir la amenaza de la tormenta, debíamos apresurarnos de otra forma algún árbol podría caerse iba siguiendo de cerca a Cherice-san, simplemente quiero asegurarme de que nada malo le suceda. Al poco rato que empezó a agravar la tormenta los rayos empezaron a hacerse notar.

Iba viendo cuidadosamente los alrededores, pues al estar rodeados de árboles frondosos cualquiera puede caerse en cualquier momento y dicho y hecho un rayo dio demasiado cerca de uno, desgraciadamente me encontraba cerca de este y antes de poder reaccionar me vi empujado por Cherice-san tratando de salvarme, a lo único que reaccione fue a abrazarla usando mi cuerpo como un escudo para que ella no se lastimara.

-¡Cherice-san! ¿Está usted bien?- Incline un poco mi cabeza para poder verla, parecía no tener nada malo sin embergo se disculpo por algo... ¿Qué podrá ser? -¿De que pide perdón Cherice-san? De no ser por usted me hubiera aplastado el árbol- Inspeccionaba cada rasgo de su rostro verificando que nada malo le hubiera sucedido.

Ranmaru me sostuvo en sus brazos y intentó resguardarme al mismo tiempo, pero no podía mantenerme en pie y me caí de rodillas al suelo sosteniendo mi pie izquierdo, mientras Ranmaru buscaba heridas en mi rostro.
-m..mi...mi pie- cuando salte para evitar que el árbol lo golpease una rama dió en mi tobillo.
Miré una vez más a Ranmaru debajo de las primeras gotas de una intensa lluvia, por suerte disimulaban que había comenzado a llorar del dolor, de la rabia y de la culpa.
-Lo..lo siento- dije de nuevo pero mirándolo directamente a los ojos, tome con fuerza las mangas de su campera de cuero y vi detrás de él una especie de cueva. La lluvia era intensa y el bosque oscurso. Le hice una seña con la mirada a Ranmaru para refugiarnos allí hasta que la lluvia cesara, pero no tenía fuerzas para levantarme, mi pie me dolía más de la cuenta.

Me apoye en mis codos para poder levantarme aunque sea un poco ante las palabras de Cherice-san eche la cabeza hacia atrás viendo la cueva que anteriormente me había mencionado, puede mantenernos secos y a salvo en lo que cesa la lluvia.

-¿Puede alzarse un poco Cherice-san?- Le ayude a arrodillarse para poder cargarla y entrar a la cueva, de esa forma su pie podría descansar y se evitaría hacer el esfuerzo de pararse y lastimarse mucho más; debíamos apresurarnos antes de que la lluvia se pusiera peor.

Una vez que nos adentramos a la cueva le ayude a sentarse de la forma más cómoda para ella -Descuide Cherice-san, no debe disculparse gracias a usted no paso nada grave, aunque por mi descuido usted se lastimo, debo ser yo quien se disculpe-

Me alzó en su espalda y me llevó con delicadeza hacia la cueva. Cuando entramos me deslizo suavemente disculpándose él conmigo por mi tobillo lastimado.
-No, te pido disculpas por que has sido amable toda la tarde y yo he sido grosera contigo, gracias...ojalá hubiese más chicos como tú. Yo tiendo a ser grosera con la gente que no conosco y puedes tutearme sabes? creo que soy, incluso, más joven que tu. También te pido disculpas porque estás aqui atrapado conmigo cuando podrías estar caliente en tu hogar.., yo.. de verdad.. lo siento- apoyé mi cabeza en mis rodillas en modo de lamento. Sentí el frío de la noche y escuchaba como la tormenta se volvía más y más intensa. Sería una larga y húmeda noche

Regrese momentáneamente la mirada hacia ella, no la culpaba por ser desconfiada, no es bueno ser confiado de todo aquel que te sonría, tampoco la culpo por reaccionar como lo hizo ya que es bueno el saber desconfiar de los extraños, hasta que se les llega a conocer a cierto grado.

-No la culpo de nada Cherice-san, no es problema para mí el estar aquí, al contrario me siento tranquilo ya que no la deje a su propia suerte con está tormenta- Alce suavemente su cabeza sujetando su barbilla en un intento de hacerle saber que no me encontraba molesto.

-Lamento si la incomodo hablándole de usted ya que así es mi forma de ser, pero si usted gusta puedo hablarle de tú- Me senté a su lado recogiendo una pierna para poder recargar mi brazo en ella, -Lo recomendable ahora es esperar que cese la lluvia para poder volver- Me gire a verla sonriendo nuevamente.

Ranmaru me hizo sentir que no debía pedir disculpas por cómo lo había tratado o por no confiar en él, se sentó a mi lado y me miró sonriendo suavemente. Es difícil comprender que no es en mí misma en quien confío.
Nuestras miradas se encontraron un momento, en el cual, sentí que todo tipo de dolor se desvanecía. Le devolví la sonrisa.
-dime ¿qué edad tienes? pareces más grande que yo, cuentame de ti de dónde vienes, es evidente que no eres de aqui (y sí, trátame de tu) tenemos un largo rato aqui, asi que soy toda oídos- dije acercándome un poco a el, tenía frío y su calidez me invadía.
De repente puse mi mano en el bolsillo de un pantalón que levaba y encontre un chocolate pequeño sin abrir, algo mojado pero sano. Lo abrí y lo partí ofreciéndole la otra mitad a Ranmaru.

Me tranquilizo el saber que no había problema alguno ya por como se sintiera Cherice-san, por lo que sus repentinas preguntas me dejaron un poco atontado, rasque mi barbilla por un corto tiempo buscando las palabras correctas para responderle.

- Pues tengo veintidós años, para serle... para serte sincero no recuerdo claramente de dónde vengo, de pronto cobre conciencia bajo una gran lluvia cerca de la cafetería de la universidad, sin embargo siento ser un poco de aquí aunque no recuerde nada- Mire el techo tratando de pensar si había algo más que pudiese agregar, claro aceptando cordialmente el chocolate que me había ofrecido -No tiene mucho que me mude, poco recuerdo de mi vida realmente...-

Mire el techo con expresión decaída, no me gusta mentir nunca me ha gustado... pero mi vida no es interesante en lo más mínimo lo más probable es que se aburra de mí por la falta de emoción en mi vida... es lo más seguro.

Tomó cordialmente el trozo de chocolate ofrecido.
Me llamó la atención su historia, era interesante y extraña al mismo tiempo, parecía afectarle el recordar nada, sin embargo a mi me resultaba admirable.
-Osea que no recuerdas nada de tu pasado desde entonces? y no tienes familia que te buscase o algo por el estilo?-lo miré con intriga e interés.
- siempre quise saber qué se sentiría perder la memoria-
luego giré mi atención hacia afuera a la lluvia que no dejaba de caer
- por lo menos.... a mí me gustaría perderla... comenzar de nuevo-la melancolía me invadió nuevamente-cómo sea, si quieres aqui tienes una persona nueva con la cual contar-
esta vez lo miré y le sonreí dulcemente entregándole mi mano en señal de ayuda.