Hablando con los libros. [Público]

Mi nerviosismo se incrementaba a cada segundo, el simple hecho de que Seynen no dijera una sola palabra desde que le había comentado sobre mi doble personalidad, solo me quedaba esperar la repuesta que sea que fuese a darme... ¿Y para que hacernos a tanta ilusión? Sabemos perfectamente lo que va a suceder, actuara como si nada y luego de un tiempo no la volverás a ver jamás.
—Así que era eso—
Velozmente eleve mi cabeza para poder enfrentar su mirada
Me alegra que me lo hayas confiado, pero eso no cambia el hecho de que quiero que seas mi amiga. Sigues siendo la misma persona dulce que me encontré hace poco en la biblioteca, aunque ahora sé que tienes otro lado.—
Ahora me sentía un poco más relajada, suspire tranquilamente echando mi cabeza hacia atrás cerrando levemente mis ojos.
-Gracias por comprender... usualmente las personas terminan teniendo reacciones de terror- Le sonreí recogiendo mis piernas y abrazándolas Nos preguntamos...¿Cuánto durará esto antes de que nos permitas jugar con ella? Ahí estaba nuevamente... interviniendo en mis pensamiento e impidiéndome mantener una conversación tranquila con alguien

Ante mi respuesta, Alexia actuó como si le quitaran un gran peso de encima, esa reacción me alegró, entonces dijo:
-Gracias por comprender... usualmente las personas terminan teniendo reacciones de terror-
Imaginé todas aquellas veces en que Alexia hubiera dicho eso y a alguien desconcertado, alejándose. Pero yo no haría eso, en especial ahora que había encontrado a una amiga.
Cuando tenemos secretos, nos sentimos mal hasta que podemos sacarlos y decirlos, Alexia debe estar sintiendo ese alivio.
—Yo no me alejaré.
Quise decirle eso, para que supiera que tenía mi apoyo si la situación lo requería.
En mi vida me habían ocurrido muchas cosas y había estado en situaciones muy difíciles pero sabía que no había nada más deprimente que el sentirse sola e impotente frente a algo.
—Descuida, si necesitas apoyo puedes contar incondicionalmente con mi ayuda— aunque no suelo tocar a las personas, puse tímidamente mi mano en su hombro y le sonreí.

Luego de decirle aquellas palabras me sentí mucho más relajada, era la primera vez que me atrevía a decirle algo así a alguien, tenía la costumbre de guardarme esos comentarios solo para mí; ya que eso solía provocar que las personas de mi alrededor se alejaran, bueno estaba acostumbrada a ello, es precisamente por ello que ella nació.
—Yo no me alejaré.
Me sentí alegre al escuchar esas palabras... me pregunto ¿Cuándo fue la ultima vez que escuche a alguien decirme algo así? Jeje pues claro que fue antes de que empezaras a encerrarme Agite mi cabeza alejando su voz de mi mente.
—Descuida, si necesitas apoyo puedes contar incondicionalmente con mi ayuda—
Sentí su mano recargarse sobre mi hombro seguido de una sonrisa, vaya que ahora me sentía mucho más relajada que nunca.

Vi que mis palabras habían servido de algo, pues ahora ella estaba mucho menos tensa que antes.
No dijo nada y supuse que lo mejor sería callar también.
Mientras me contaba todo eso, se veía visiblemente consternada, tal vez era una situación más incómoda de la que imaginaba.
Había resultado positivo el hecho de que no hubiera nadie más cerca de nosotros por el momento en la biblioteca, tan solo estábamos rodeadas de cientos y cientos de libros que pasaban su existencia ahí de modo silencioso.
Había seguramente muchos estudiantes fuera, en los pasillos, pero ahí no.
Todo eso resultaba agradable, así no habría tantas distracciones o más motivos por los cuales ella se sintiera incómoda y, en lo personal, me agradan los lugares pacíficos.

Recargue mi cabeza en el librero para poder descansar un poco, me alegraba que el lugar estuviera vacio, de otra forma hubiera sido realmente molesto.
Cerre mis ojos ignorando completamente lo que comenzaba a suceder a mi alrededor, me sentía tan relajada que no quería interrumpir aquel sentimiento.
-Que tranquilidad-
Respire con tranquilidad mientras dejaba que el viento que se filtraba por las ventanas jugara con mi cabello, despues de todo ahora me sentía mucho más tranquila al poder decirle a alguien lo que me inquietaba.

-Que tranquilidad-
Dijo mientras reposaba un poco.
Y si que había una gran paz
—Entonces... ¿sigue en pie tu oferta de acompañarme a la librería?
Pregunté, pues sentía de nuevo la necesidad de conocer con exactitud la respuesta.
La brisa que penetraba las ventanas daban un toque muy especial a la estancia, pues reinaba el frescor de una mañana de verano.
Aquí hacía un clima muy diferente al que estaba acostumbrada.
Tomé de nuevo el libro que había estado leyendo y los abracé apoyándolo en mi pecho al tiempo que el olor a hojas viejas subía hasta mi nariz, para mí, ese era un olor agradable.
— Y... ¿nos veremos más seguido?— añadí esperando que la respuesta fuera si. —espero poder encontrarnos frecuentemente aquí... o en cualquier otro sitio.

-Claro que sigue en pie mi oferta de llevarte a la biblioteca ¿Por que no habría de hacerlo?-
Sonreí al verla volver a tomar un libro seguido de la brisa entrando por las ventanas, por mi parte no le veía ningún inconveniente a mostrarle la biblioteca, sería un placer más bien poder cruzar aquel umbral que lleva a otro mundo.
-Y... ¿nos veremos más seguido? Espero poder encontrarnos frecuentemente aquí... o en cualquier otro sitio.-
-Claro que nos podremos ver... quizás no tan seguido pero seguro que si podemos-
Mire al frente recogiendo mis piernas para apoyarme en ellas.

-Claro que nos podremos ver... quizás no tan seguido pero seguro que si podemos-
Que alivio. Así tendría a alguien con quien contar. Saqué una de mis libretas de mi cartera y escribí en la esquina superior algo, corté ese trozo y se lo dí a Alexia.
—Es mi numero de celular—, le expliqué— por si te interesa contactarme...—añadí algo tímida.
Me parece que así será mucho más fácil comunicarnos... no es que muchas personas supieran mi numero de móvil, no sería muy difícil adivinar de quién serían las llamadas si entraban... por ahora no tenía muchos conocidos.
Entonces busqué otra cosa dentro de mi cartera, mi agenda. Un librito negro de un pequeño tamaño en el que escribo todo lo que necesito recordar, lo que me es de gran ayuda, pues soy una olvidadiza.
—Supongo que nos veremos para ir a la librería después de clases... ¿no?— dije con el mismo tono de timidez en mi voz—, ¿q...quieres que nos encontremos en algún sitio?

Me entrego un pequeño papel con su número celular luego añadió que así sería mucho más sencillo poder contactarnos, entonces yo hice lo mismo y le entregue mi número celular.
-Seguro si quieres nos vemos en la entrada y de ahí vamos al centro para poder llegar a la biblioteca.-
En ocasiones es muy relajante poder compartir un gusto propio con los demás y es algo que no muchos saben apreciar ahora, no es que me moleste sencillamente me agrada poder encontrar personas que todavía gozan de la lectura.

Ella también me dio su número telefónico y guarde el papel en uno de mis bolsillos.
-Seguro si quieres nos vemos en la entrada y de ahí vamos al centro para poder llegar a la biblioteca.-
Entonces me puse de pie, supuse que sería el momento de dirigirme a otro sitio mientras la hora de la salida llegara, además, seguramente Alexia tenía cosas que hacer y puede que yo también ¡esta memoria!
Anoté en mi agenda: "A la salida, en la entrada, hacia la biblioteca".
—Muchas gracias por todo— hice una breve reverencia con una sonrisa en la cara—, me voy por ahora, pero te veo al término de clases, para ir a la biblioteca.

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